Sinopsis:"Estamos aburridos. Flota en el aire el
deseo de salir de donde estamos para ir a un lugar mejor. Necesitamos
coraje. Y el coraje no se compra. Nada mágico puede suceder sin
embarrarnos. Podemos salir de nuestros modos automáticos.
Reinventarnos. Nos quejamos todo el tiempo y lloramos por los
rincones anhelando una vida más creativa. ¿A vos se te ocurre que la
creatividad pueda surgir desde la queja? Tenemos que mandar muchas cosas
al carajo, el lugar ubicado en lo alto del palo mayor de un
barco. Subirnos al Carajo de nuestra vida puede darnos una perspectiva
inusitada. Necesito que me entiendas lo que quiero decir. Te invito a
que te subas al carajo de tu propia vida y mires de nuevo. Podés
asombrarte de todo lo que ves desde ahí arriba. Este es un libro para
quienes se animan a la incomodidad. Para las personas y las ideas vivas
que están detrás de las tarjetas y los cargos muertos. Trata de
los nuevos modos de trabajo que se vienen y también de los modos de
liderazgo que tenemos que abandonar. Mi intención es desafiar tu
pensamiento con la invitación a que te hagas cargo, que seas líder de
tu propia vida y no víctima de los otros."
Álvaro Rolón encarna a la persona que ha logrado unir lo que
quería ser con lo que quería hacer. Su libro nos interpela con
asombrosa claridad. Mientras el mundo sigue cambiando y los viejos
paradigmas y las fórmulas aprendidas quedan atrás, al leerlo
sentimos que llega en el momento justo.
Álvaro Rolón (Buenos Aires, 1972) estudió música y tocó
el saxo en una banda de jazz. Es licenciado en Administración de
Empresas por la Universidad Católica Argentina. Comenzó su carrera en
Citigroup comprando y vendiendo activos financieros y siguió en Quaker
Oats (Gatorade), Philip Morris y La Nación. Años más tarde, al estudiar
cinematografía, encontró un nuevo camino vocacional y profesional: la
creatividad. En Estados Unidos realizó un postgrado y se graduó summa cum laude
como Master of Science en Creatividad e Innovación Aplicada por The
State University of New York (SUNY) en Buffalo. Allí obtuvo el
reconocimiento “Creative Commitment Award” por la presentación de su
tesis “Entendiendo la relación entre la resolución creativa de problemas
y el liderazgo del cambio” en The Center for Creative Leadership,
Greesnboro, Carolina del Norte. Es cofundador de Neêlus, Innovación
Aplicada. Desde ahí trabaja con equipos directivos y gerenciales en
diferentes industrias para crear culturas de innovación (Grupo Arcor,
Tarjeta Naranja, Telecom, Grupo de Medios La Nación, Novartis, Aacrea,
Dupont, Biosidus y Oracle, entre otras). Es fundador de “Educar para
Crear”, una iniciativa sin fines de lucro que tiene el propósito de
formar a facilitadores creativos en instituciones educativas. Ofrece
cursos y seminarios en IAE, Business School, así como en escuelas de
negocios de América Latina. Es autor de La creatividad develada (2010).
"A veces hay que tomar decisiones que implican preguntas que no tienen respuesta"
Acá les dejo una entrevista -------
sábado, 14 de mayo de 2016
viernes, 13 de mayo de 2016
Educación
Crear hoy la escuela del mañana
Aca les dejo el link . Fragmento de Crear hoy la escuela del mañana Richard Gerver
Interesantisimo fragmento para tener leido y presente.
Aca les dejo el link . Fragmento de Crear hoy la escuela del mañana Richard Gerver
Interesantisimo fragmento para tener leido y presente.
24
“Cada día me coloco ante estos jóvenes, que me miran con sus caras llenas de
expectación y de esperanza, con su energía que irradia por el ambiente viciado
de esta clase. Al mirarlos, pienso en mi interior que en algún pupitre en esta
aula podría estar sentada la persona que encuentre la cura para el cáncer, o la
solución para lograr la paz en el mundo. Podría ser la persona que componga
la siguiente gran sinfonía que conmueva a la humanidad. Podría ser un futuro
líder, médico, enfermero, maestro, medallista olímpico. No lo sé, pero lo que sé
es que están ahí y mi trabajo es identificar y nutrir ese talento, no solo por su
propio beneficio, sino por el posible beneficio de otros. ¿Existe una responsa-
bilidad mayor o una oportunidad mejor que esa? Me considero afortunado, por
eso es por lo que les doy las gracias”.
Fragmento "Antígona" Sófocles
Fragmento "Antígona" Sófocles. Hemón a su padre Creonte..
...
HEMÓN.-
Padre, el mas sublime don que de todas cuantas riquezas existen dan los dioses al hombre es la prudencia. Yo no podría ni sabría explicar por qué tus razones no son del todo rectas; sin embargo, podría una interpretación en otro sentido ser correcta. Tú no has podido constatar lo que por Tebas se dice; lo que se hace o se reprocha. Tu rostro impone respeto al hombre de la calle; sobre todo si ha de dirigírsete con palabras que no te daría gusto escuchar. A mi, en cambio, me es posible oírlas, en la sombra, y son: que la ciudad se lamenta por la suerte de esta joven que muere de mala muerte, como la mas innoble de todas las mujeres, por obras que ha cumplido bien gloriosas. Ella, que no ha querido que su propio hermano, sangrante muerto, desapareciera sin sepultura ni que lo deshicieran ni perros ni aves voraces, ¿ no se ha hecho así acreedora de dorados honores? Esta es la oscura petición que en silencio va propagándose. Padre, para mi no hay bien mas preciado que tu felicidad y buena ventura: ¿qué puede ser mejor ornato que la fama creciente de su padre, para un hijo, y que, para un padre, con respecto a sus hijos? No te habitúes, pues; a pensar de una manera única, absoluta, que lo que tú dices —mas no otra cosa—, esto es lo cierto. Los que creen que ellos son los únicos que piensan o que tienen un modo de hablar o un espíritu como nadie, éstos aparecen vacíos de vanidad, al ser descubiertos. Para un hombre, al menos si es prudente, no es nada vergonzoso ni aprender mucho ni no mostrarse en exceso intransigente; mira, en invierno, a la orilla de los torrentes acrecentados por la lluvia in vernal, cuántos árboles ceden, para salvar su ramaje; en cambio, el que se opone sin ceder, éste acaba descuajado. Y así, el que, seguro de si mismo, la escota de su nave tensa, sin darle juego, hace el resto de su travesía con la bancada al revés, hacia abajo. Por tanto, no me extremes tu rigor y admite el cambio. Porque, si cuadra a mi juventud emitir un juicio, digo que en mucho estimo a un hombre que ha nacido lleno de ciencia innata, mas, con todo —como a la balanza no le agrada caer por ese lado—, que bueno es tomar consejo de los que bien lo dan.
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HEMÓN.-
Padre, el mas sublime don que de todas cuantas riquezas existen dan los dioses al hombre es la prudencia. Yo no podría ni sabría explicar por qué tus razones no son del todo rectas; sin embargo, podría una interpretación en otro sentido ser correcta. Tú no has podido constatar lo que por Tebas se dice; lo que se hace o se reprocha. Tu rostro impone respeto al hombre de la calle; sobre todo si ha de dirigírsete con palabras que no te daría gusto escuchar. A mi, en cambio, me es posible oírlas, en la sombra, y son: que la ciudad se lamenta por la suerte de esta joven que muere de mala muerte, como la mas innoble de todas las mujeres, por obras que ha cumplido bien gloriosas. Ella, que no ha querido que su propio hermano, sangrante muerto, desapareciera sin sepultura ni que lo deshicieran ni perros ni aves voraces, ¿ no se ha hecho así acreedora de dorados honores? Esta es la oscura petición que en silencio va propagándose. Padre, para mi no hay bien mas preciado que tu felicidad y buena ventura: ¿qué puede ser mejor ornato que la fama creciente de su padre, para un hijo, y que, para un padre, con respecto a sus hijos? No te habitúes, pues; a pensar de una manera única, absoluta, que lo que tú dices —mas no otra cosa—, esto es lo cierto. Los que creen que ellos son los únicos que piensan o que tienen un modo de hablar o un espíritu como nadie, éstos aparecen vacíos de vanidad, al ser descubiertos. Para un hombre, al menos si es prudente, no es nada vergonzoso ni aprender mucho ni no mostrarse en exceso intransigente; mira, en invierno, a la orilla de los torrentes acrecentados por la lluvia in vernal, cuántos árboles ceden, para salvar su ramaje; en cambio, el que se opone sin ceder, éste acaba descuajado. Y así, el que, seguro de si mismo, la escota de su nave tensa, sin darle juego, hace el resto de su travesía con la bancada al revés, hacia abajo. Por tanto, no me extremes tu rigor y admite el cambio. Porque, si cuadra a mi juventud emitir un juicio, digo que en mucho estimo a un hombre que ha nacido lleno de ciencia innata, mas, con todo —como a la balanza no le agrada caer por ese lado—, que bueno es tomar consejo de los que bien lo dan.
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